Problemas emocionales y neurológicos provocan en algunos niños dificultades de expresión y de entendimiento. Se trata de la dislexia. A continuación se explica su origen y los indicadores primarios que ayudan a una detección precoz.
Etimológicamente, dislexia significa una dificultad con las palabras. Este trastorno ha sido objeto de detallados estudios en el último siglo. El doctor Berlín fue el primero en utilizar el término dislexia en 1872. Hasta entonces se utilizaba la palabra alexia o “ceguera para las palabras”, para denominar a un trastorno del habla provocado por una lesión en el hemisferio izquierdo del cerebro.
La mayoría de los expertos coinciden en que la dislexia implica una dificultad en el aprendizaje de la lectura. En los últimos años se ha ampliado para designar un síndrome que se manifiesta también en la dificultad para distinguir y memorizar letras o grupos de letras y una falta de orden o ritmo en la colocación de las frases, que afecta tanto a la lectura como a la escritura.
Mal aprendizaje
La incidencia de la dislexia en el proceso educativo es muy importante. Hay autores que calculan en un 15% los niños que tienen problemas de aprendizaje se deben a este motivo. Además, parece que la dislexia es mucho más común entre los niños que entre las niñas. En 1998, el Centro de rehabilitación del Lenguaje de Madrid realizó un estudio con 322 niños disléxicos: el 62,7% de ellos eran varones y sólo el 37,7%, niñas.
Las razones de esta diferencia son varias, pero entre ellas destacan: una mayor grado de maduración evolutiva en la niñas hacia los seis años, que es cuando comienzan a leer; mayor incidencia de traumas cerebrales en los niños, y motivación más alta en las niñas para el aprendizaje. También existen causas ambientales, culturales y psicológicas.
Detección precoz
Si a la edad de siete años el niño no progresa en la lectura, pierde motivación. Y si no se le presta la ayuda adecuada se retrasará respecto de su edad y empezará a sufrir problemas en el colegio. Las principales dificultades se producirán en la lectura y la escritura, pero también en la Aritmética y otras materias escolares como la Historia, que implica la captación de secuencias temporales.
En cuanto a la Geografía, no será capaz de establecer coordenadas en un mapa. Y en Geometría sufrirá conflictos con las relaciones espaciales. Diagnosticar la dislexia lo antes posible ayudará a evitar o reducir en gran medida los problemas de niños.
Cómo reconocerlos
Existen indicadores primarios que se manifiestan en el habla, en el lenguaje y la psicomotricidad que aparecen entre los cuatro y los seis años. Los indicadores primarios en el lenguaje son: las dislalias, o problemas al articular; confusiones entre fonemas; omisiones en sílabas compuestas o inversiones; vocabulario pobre y comprensión verbal deficiente.
En cuanto a la psicomotricidad, los indicadores son: retraso en la estructuración del esquema corporal; dificultades sensoperceptivas responsables de la confusión entre colores, tamaños y posiciones; torpeza motriz en la práctica de ejercicios manuales y de grafía, y la tendencia a la escritura “en espejo”, consistente en confundir la “p” con la “q” o la “b” con la “d”.
Los síntomas de la dislexia son muchos y no tiene porque presentarse todos a la vez. El diagnóstico precoz es muy importante y el tratamiento depende de las áreas en las que necesite ayuda el paciente. El tratamiento consiste en una reeducación sistemática e individualizada para desarrollar las deficiencias sufridas por problemas en su maduración.