La cirugía estética: ¿Una frivolidad para narcisistas?

Aunque cada vez menos, a veces me encuentro personas que me preguntan: ¿Usted se lo haría?, en referencia a una operación de cirugía estética de la que han venido a consultar.

No es una mala pregunta, si aquella persona no tiene claro el beneficio que puede obtener en relación al resultado, y en ese caso es posible que sea culpa mía por no haber sido suficientemente explícito en mi información; pero la mayor parte de las veces el significado exacto de la pregunta es otro: ¿Cree que está justificado que me opere?, o todavía más: ¿Cree que es una frivolidad que me opere?

Será preciso, pues, a la hora de valorar una posible operación de cirugía estética, calcular la mejora previsible, de una forma totalmente objetiva, y por otro lado los riesgos, las molestias postoperatorias, incluso el tiempo de incapacidad total o parcial que la operación comporta, y con todos los datos, será el mismo paciente quien podrá libre y conscientemente escoger.

Sin embargo, la misma definición de la OMS nos recuerda que toda obsesión, en cuanto que representa un desequilibrio, atenta contra la salud. Por este motivo, los profesionales de la estética deberemos tener mucho cuidado de no fomentar falsos complejos o falsas necesidades. Así, los que sentimos la cirugía estética como una parte de la medicina, estamos absolutamente en contra de las campañas publicitarias que busquen crear la imagen de que la cirugía estética es una cosa fácil y que abre inmediatamente las puertas del éxito.

Es cierto que vivimos tiempos de un exagerado culto al cuerpo y a la belleza, y que los cánones de belleza que se nos han impuesto son a menudo antinaturales y por ello responsables de gravísimos trastornos como la anorexia nerviosa, por citar el más conocido y paradigmático. Es ahí donde los cirujanos plásticos tienen una ineludible responsabilidad para educar a la población y reconducir la situación, incluso denunciando y aislando conductas médicas y no médicas poco éticas.

La verdadera cirugía estética es todo lo contrario de una frivolidad, y no son los narcisistas los que nos necesitan.