El abatimiento emocional genera en el cuerpo sustancias tóxicas y a través del llanto puede ayudar a expulsarlas, en ocasiones el llanto trae consigo una sensación de alivio: los movimientos espasmódicos logran liberar la zona del diafragma, que ante una situación de angustia o de depresión se bloquea y queda colapsada y esto afecta en forma muy significativa a la respiración.
Las lágrimas nos comunican que es lo que se debe hacer y aprender a escuchar nuestros procesos internos. Como somos una unidad cuerpo-mente, salud y enfermedad son dos mecanismos activos que pueden contribuir en nuestros estados de conciencia.
Si no existe una busqueda de lo que ocurre con nuestros sentimientos, éstos no logran desaparecer, buscan un camino para ser oídos y a veces solo se expresan modificados en síntomas.
De acuerdo a diversos estudios establecen que las penas, cuando no se logran expresarse, tienen como desenlace un mala actividad del sistema inmunitario, Para aquellas personas siempre han tenido dificultades a la hora de exteriorizar sus emociones.
Una terapia psicocorporal es lo más aconsejable, donde los resultados siempre suelen resultar muy positivos. El no llorar puede acarrear consecuencias negativas al sistema inmunitario.